—¡Al fin llegó! 1 de Septiembre y un paso más cerca de la pobreza.
Tu aseveración es, desde luego, bien cierta. Hace unos días leí algo en el sentido de que algunas firmas comerciales se estaban preparando para esa realidad que apuntas. Y harían bien otras en temer lo mismo, porque sospecho que desde hoy, nos vamos a repensar muy bien en qué gastamos el poco dinero que nos queda.
—La pobreza es algo que importará bien poco a aquellos que tienen un buen colchón económico en paraísos fiscales —con el conocimiento del Gobierno que mira para otro lado—, que no pagan todos los impuestos que deberían y que cada año ganan más —aunque ellos digan ganar menos—, mientras la gran mayoría de las familias tienen que arañar sus últimos ahorros para la compra del mes, la hipoteca, el colegio y los suministros esenciales. Conozco a alguna mamá, que va a retomar la práctica de poner gasas a su bebé, como se hacía antiguamente, para evitar el derroche de dinero en pañales. Ella misma —me confirma—, recurrirá a una práctica parecida para guardar esos euros que se le van todos los meses en compresas y visitará menos la farmacia para la compra de las papillas y potitos de su nene, a quien ella misma preparará la alimentación como antes hicieron nuestras abuelas. ¿No sientes vergüenza de que eso esté pasando en un país como el nuestro, que no cobra como debiera a las grandes fortunas y saquea cruelmente la precaria economía de los más débiles?
Siento hervir mi sangre mientras respondo a tu apunte inicial. Que el dinero que necesitamos para salvar a la banca y a los gobiernos de algunas Comunidades Autónomas, tenga que salir de alguna parte, parece obvio; pero esta extorsión legal a que nos someten, cada vez que nuestros políticos son incapaces de tomar las medidas adecuadas para resolver los problemas que surgen a su sombra, debería tener un límite. Y Bankia, otra vez Bankia, perdió en el primer semestre casi 4.500 millones de euros. Naturalmente, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), se prepara ya para hacerle una inyección de capital. Y ahora una pregunta retórica: ¿Alguna vez se harán esas inyecciones de capital en las economías domésticas, cuando se van a la porra por culpa de los mangoneos de las entidades financieras?
—Creo que tendremos que adoptar otras medidas, además de limitar el gasto en pañales y compresas… —Reflexionas en voz alta— Y se me ocurre que floristerías, salas de cine y espectáculos en general, se van a ver bastante abandonadas a partir de hoy, ya que el IVA pasa del 8% al 21% nada menos. El incremento de precios va a ser espectacular. Me parece que voy a ir desempolvando mi vieja videoteca, para retornar al cine clásico, repleto de grandes títulos. Otra medida, será cancelar mi suscripción a las plataformas digitales de televisión, para hacer zapping más a menudo en la oferta de la TDT, hasta dar con algo que valga la pena. Y si no, como decía Groucho Marx: «Creo que la televisión es muy educativa. Cuando alguien la enciende me voy a leer un libro.» Y como no fumo, ni suelo beber mucho, tampoco echaré de menos esos hábitos desde hoy. En cuanto al coche, considerando el atraco sistemático de las petroleras antes de los impuestos, junto con el 42% que representan éstos, ya lo tengo claro y hace unas semanas me compré una bicicleta con la que haré mis desplazamientos cotidianos. De hecho, hoy ya he venido a verte con ella. IVA nuevo, vida y costumbres nuevas.
—O sea, que te has propuesto incrementar las listas del paro con floristas, barmans, gasolineros y conductores de metro y autobús… Por cierto que ayer volví a ver colas en las estaciones de servicio, que hacía años no veía. La situación es tal, que me parece que todos andamos al ahorro de un céntimo.
—Coincido. Y en cuanto a tu vaticinio, te confirmo ya que el café me lo tomaré en casa antes de ir a trabajar, el bocadillo de media mañana será casero, la comida —básicamente ensaladas variadas, pero consistentes— podré llevarlas perfectamente en un tupper y, como no tendré que pagar ninguna tasa por usarlo, me ahorraré una pasta diaria que podré reinvertir en la comida del día siguiente. Así que, con la subida del IVA, este gobierno no va a recaudar más sino que va a crear más paro. Ya veremos si yo no me voy a la cola de desempleados, si mi empresa es objeto de la pérdida de beneficios que todos vaticinamos, por la caída de las ventas. Precisamente, el exdiputado del PP, Manuel Pizarro, ha dicho que de haber formado parte del Gobierno, habría «evitado subir el IVA». Y un aviso para navegantes: las ventas del comercio minorista, bajaron en Julio un 6,9% en relación al mismo mes de 2011. No sé si los comerciantes estarán temiendo ya la caída de ventas en Diciembre, pero desde luego, mis Navidades van a ser más frugales.
—De hecho, parece que se van a recaudar 2.000 millones menos de lo previsto, si nos atenemos a lo que dicen los técnicos de Hacienda. Lo sorprendente, es que hasta los servicios funerarios van a pagar un 13% más a partir de hoy; esto me hace pensar en que, realmente, Mariano Rajoy tiene en gran aprecio a sus ciudadanos: hace que sea más caro morirse, para que la gente viva más ante el temor a desembolsar una fortuna como la que representa diñarla ahora con este nuevo IVA. Pero bromas aparte, siempre me ha parecido una indecencia gravar con impuestos los alimentos, sean estos del tipo que sean, porque todos sirven para lo mismo y son irreemplazables para quienes debemos seguir manteniendo el país con nuestros impuestos. Las personas podemos prescindir de grandes coches, teléfonos sofisticados y segundas residencias, pero desde luego no podemos dejar de comer, y cobrar por los alimentos el mismo IVA a quien gana 400 euros como al que gana 1500 euros, es un agravio tan deshonesto como gravar con el mismo tipo a quien compra un coche de altísima gama, que a quien compra un modesto utilitario para llevar los niños al colegio o para ir a trabajar. Vivimos en un mundo desproporcionado. Que negocien con los alimentos los grandes emporios económicos, carentes de escrúpulos, me produce náuseas, pero estas no son menores que las que me originan los pingües beneficios que obtiene el Estado dejando a muchas familias a medio comer. Y no hablo de que todo el mundo tenga que comer langosta, bogavante o cualquier tipo de marisco, sino de las patatas, el aceite, las verduras, la carne o el pescado, esenciales para la vida. Ni comer como potentados cada día, ni sufrir carencias por una alimentación inadecuada.
—Lo de cobrar el 21% por morirse, me parece un chiste, aunque maldita la gracia que tiene; supongo que lo han hecho porque saben que nadie va a dejar a sus muertos por ahí, abandonados como los coches viejos, esperando que alguien los recoja. Haces bien en tomártelo con buen humor. Que nos quiten el pan, pero nunca la alegría.
—La organización de consumidores Facua, ha elaborado una lista de 21 motivos contra la subida del IVA. A la vista de esos razonamientos, no puedo entender quiénes son los asesores del Gobierno, que tan mal están justificando los sueldos que todos les estamos pagando. Solo hay que echarle un vistazo:
1.Porque la subida de precios supone una bajada del poder adquisitivo de los ciudadanos.
2.Porque el efecto para los trabajadores será el mismo que una bajada salarial.
3.Porque a los pensionistas les supondrá lo mismo que un recorte en sus pensiones.
4.Porque a los parados les dolerá tanto como un recorte en las prestaciones por desempleo.
5.Porque es injusta e insolidaria, ya que aumentar los impuestos indirectos daña más a quien menos tiene.
6.Porque reducirá la compra de productos y la contratación de servicios.
7.Porque la bajada de ventas destruirá empleos.
8.Porque la disminución de las ventas perjudicará a los empresarios.
9.Porque muchos turistas se verán disuadidos de elegir España como destino, provocando un durí-simo golpe a un elemento clave de la economía española.
10.Porque la bajada del consumo tendrá un efecto negativo en las arcas del Estado, con lo que el aumento de ingresos previsto con la subida del IVA se verá reducido, minimizado, anulado o incluso podrá llegar a provocar el efecto contrario, en función de la respuesta de los consumidores.
11.Porque el aumento del paro consecuencia de la bajada de ventas obligará al Estado a asumir el pago de más prestaciones por desempleo.
12.Porque fomentará aún más la economía sumergida, no sólo por el enorme peso del impuesto en el precio de productos y servicios, sino por la pérdida de conciencia social de empresarios, autónomos y consumidores ante un Gobierno que toma una medida que les perjudica tras aprobar una amnistía fiscal que beneficia a los grandes defraudadores.
13.Porque habrá empresas que aprovecharán la coyuntura para aumentar los precios por encima de lo que supone trasladar el incremento del impuesto.
14.Porque puede favorecer que determinadas empresas pacten ilegalmente cómo y cuándo repercutirán la subida para evitar competir y bajar sus márgenes de beneficios.
15.Porque muchas empresas no tendrán más remedio que asumir la subida sin trasladarla a sus precios para no perder clientes, reduciendo beneficios y capacidad de crecer y generar empleo.
16.Porque medidas similares aplicadas en otros países no han demostrado el efecto en las arcas públicas que anunciaban.
17.Porque se aprueba renunciando a subir el IRPF a las rentas más altas.
18.Porque se aplica después de haber aprobado una amnistía fiscal a los defraudadores.
19.Porque se pone en marcha sin eliminar los escandalosos beneficios fiscales de las sociedades de inversión de capital variable (sicav), la figura con la que las grandes fortunas eluden el pago de impuestos tributando sólo al 1%.
20.Porque se plantea en lugar de perseguir el fraude fiscal a gran escala.
21.Porque el PP criticó duramente al PSOE por hacerlo en 2010 alertando de que «subir el IVA duplicaría la caída de la economía», tras lo que llegó al poder con la promesa de que no aplicaría otro incremento, por lo que hacerlo supondría un gran fraude electoral.
Cuando tras leer esa lista de razones en contra de la subida del IVA me miras, espero cualquier cosa, pero no lo que sueltas a bocajarro.
—Si no le cierran el chiringuito a Facua ahora, no lo harán nunca. ¿Qué opinas del asunto del Ecce Homo de Borja?
La verdad es que yo también estoy cansado de tanta ignominia legal, pero tu pregunta, tan alejada de lo que veníamos hablando hasta ahora, me deja descolocado aunque naturalmente, entro al trapo como siempre.
—Me quedé pasmado cuando me enteré por primera vez, pero a medida que se han ido sucediendo los acontecimientos y he visto las reacciones en Twitter y las peregrinaciones de curiosos para hacerse fotos con la pintura a sus espaldas, he llegado a la conclusión de que Cecilia Giménez —quien por cierto ya figura en la Wikipedia—, ha conseguido con su fallida restauración rebasar la popularidad del creador original, Elías García Martínez —quien también está en la Wikipedia, no sé si a causa de este suceso—, del que se dice que su obra tampoco sería original, ya que podría estar inspirada en otra obra similar, de Guido Reni. Decía hace unos días el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que «todo buen escribano echa un borrón»… Pues eso. El mejor pintor tendrá en su haber alguna obra de la que se avergonzó en su día, que hoy valdría unos cuantos cientos de miles de euros. ¿Y a qué negarlo? Dicho con todo el respeto, Elías García Martínez fue un pintor cuyo nombre irá ya, para siempre, ligado al nombre de Cecilia Giménez, su mejor impulsora.
—¿Eres partidario de que restauren el Ecce Homo?
—Si yo fuera el responsable de decidirlo, haría unos cuantos números primero y averiguaría qué beneficios dejaron en el municipio los turistas que fueron a contemplar el original, junto con el impacto del nombre del pueblo en la prensa, internet y el resto del mundo. Parece que las autoridades locales ya se han puesto manos a la obra y han iniciado trámites para registrar las marcas Borja y Ecce Homo, intentando evitar así que los dineros se escapen en los bolsillos de otros más sagaces —algo deben de barruntar de la importancia de ese desastre en las arcas públicas— y haciendo todo lo previsible para que se queden en casa. ¿Tú recuerdas lo primero que hay que hacer al llegar a Calatayud?
—¿Preguntar por la Dolores, no? —Me contestas velozmente.
—Efectivamente. ¿Quién le hubiera dicho a Tomás Bretón, que su ópera serviría para grabar esa idea en la memoria colectiva, de manera que pensar en Calatayud sea acordarse de la susodicha, más que acordarse del autor de la obra que la hizo famosa? Así que, además, yo haría una consulta popular en Borja, para que sus habitantes decidieran qué quieren hacer con el Ecce Homo: restaurarlo o dejarlo como está. Y pondría de paso el nombre de la ciudad en la mente de todos los turistas con alguna que otra campaña publicitaria, aunque parece que por el momento, el turismo viene sin que lo llamen. Vamos a ver. ¿Alguien iría a Segovia, Córdoba, Sevilla o Granada y no visitaría el Acueducto, la Mezquita, la Giralda o la Alhambra? ¿Pues quién se va a resistir ahora a la tentación de estar cerca de Borja y no acercarse a ver el Ecce Homo restaurado por doña Cecilia y hacerse una foto con ella, llevándose de recuerdo unos souvenirs del pueblo en el que comerán y dormirán? Y además, preguntaría en una encuesta multitudinaria quién no tenía ni idea de lo que era un Ecce Homo y quién lo sabe ahora después del suceso de Borja. Estamos necesitados de gente que dé renombre a nuestras cosas y no lo conseguimos ni planificándolo; Cecilia Giménez lo ha hecho con pintura y con el municipio, —y además sin mala fe—, por lo que yo la nombraría Hija Predilecta del pueblo. Así que creo que ya he respondido a tu pregunta: yo-no-restauraría-el-Ecce Homo.
—A mi ya me has convencido; a ver si el alcalde lo tiene tan claro.
—Pues él sabrá, que para eso es el alcalde de un municipio que está teniendo publicidad gratuita en todo el mundo. El Presidente del Centro de Estudios Borjanos, ha declarado que una universidad norteamericana ha contactado con ellos para analizar este fenómeno desde un punto de vista sociológico. Y por ende, una agencia de publicidad, norteamericana también, quiere analizar el impacto mediático suscitado por Cecilia. Parece que es la hora de las vacas gordas para Borja. A ver si saben llevarlas a su granero.
Me enseñas una imagen publicada en la que puedo ver la pintura de marras; a la izquierda el original, a la derecha el resultado de la mano de doña Cecilia. Comparándolas, no se puede entender qué pasó, porque es sabido que esta octogenaria tiene varios cuadros pintados por ella repartidos por el pueblo, o sea, que no pinta mal según puede apreciar un inexperto espectador. Pero quizás ha llegado el momento de dejar de preguntarnos por ello y aceptar, sencillamente, sin más, que el fenómeno se ha producido y ya está. Puede incluso, que alguien quiera ver la mano divina en el trabajo de la mujer, porque sin proponérselo, ha alcanzado un renombre que muchos artistas que «pintan fenomenalmente», no conocerán jamás. ¿Y no es eso un milagro? En el ocaso de su vida, esta maña está alzada sobre las nubes sin que nadie comprenda muy bien cómo ha podido llegar ahí.
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