—Solamente los más viejos, podrán decir que han vivido peores circunstancias que estas en las que estamos inmersos. Hasta hace relativamente poco, abría a diario el periódico para estar al tanto de la actualidad, pero de un tiempo a esta parte, te aseguro que me da miedo leer siquiera la portada. Me estoy planteando seriamente dejar de comprarlo y vivir todo lo de espaldas que pueda a la realidad, hasta que ésta finalmente me alcance. Por lo menos, no sufriré cada día con los augurios apocalípticos con los que nos bombardean, mientras nos preparan para lo que está por venir.
—La verdad es que se me antoja difícil imaginarte sin un diario bajo el brazo, y sin esa expresión reconcentrada en tu rostro cada vez que lo analizas.
—No nos dan tregua para el optimismo. Un día leo que las cosas discurren por la buena senda, para leer al siguiente que otra vez se han complicado. La prima de riesgo baja un día y después sube dos hasta superar con creces lo que había bajado. El Ibex35 pierde en un día, lo que le costó ganar en una semana. Sinceramente, tengo miedo.
Percibo en ti una honda preocupación, que no es muy diferente de la de la gran mayoría de las personas, que pronostican acontecimientos futuros muy complicados y que no pueden hacer otra cosa que esperar estar equivocados. Las expectativas no son, sin embargo, nada halagüeñas, si atendemos a lo que opina el Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, cuando dice que «Si España no abandona el euro, está condenada a años de paro», mientras que el Catedrático de la Universidad de Yale (EEUU), se pregunta si España debe salir del Euro, a lo que él mismo se responde, diciendo que «quizá sea la mejor opción, aunque es algo que no recomendaría. Entiendo lo que me acabas de decir: es mejor no saber y esperar la llegada de los acontecimientos; sea como sea, seremos arrollados por ellos.
Intento sacarte de ese pozo de pesimismo por unos minutos.
—Leí hace varias semanas que el Ministerio de Fomento va a rescindir el contrato con el pintor Antonio López, que debía pintar al ex ministro Francisco Álvarez Cascos…
—Un cuadro que costaría la insignificancia de 190.000 euros. Supongo que la grave crisis que padecemos, les habrá hecho considerar la barbaridad de tal dispendio. Pero incluso en tiempos de bonanza, no entendería que todos los ciudadanos pagáramos con nuestros impuestos un trabajo que se le debería facturar al interesado; al fin y a la postre, no sé qué más le adeudamos a ese señor que no le pagáramos ya en sus sueldos muy generosos de ministro o diputado. O quizá se lo tendría que pagar su antiguo jefe, José Mari Aznar, a quien Rupert Murdoch le acaba de subir el sueldo un 7,6%, hasta los 198.112 euros, más 112.000 euros en acciones.
—¡Ja, ja…! Estaría bien. Pero retomando lo que decía al principio, lo frustrante es que esa consideración no se hiciera con otros políticos anteriormente. Recuerda que las pinturas de los 10 presidentes del Congreso, desde 1978, nos han costado a todos 800.000 euros, pero si nos atenemos a lo que publicó en un artículo que no tiene desperdicio el diario Orbyt allá por el mes de marzo, considerando todos los cuadros que hemos tenido que pagar sin posibilidad de negarnos, el desembolso ascendería a unos 8,8 millones de euros, sin contar los importes de otras instituciones.
—¡Claro! Porque cada Comunidad debe de inmortalizar también a sus gobernantes de mayor rango. Pero en el caso de los ministros, cuando uno se ha ocupado de varias carteras, tiene derecho a otros tantos retratos. ¡Así nos va, jo…! El presidente de Estados Unidos aparece en todas partes en una foto enmarcada y en España nos gastamos lo que no tenemos en pintar a politiquillos megalómanos. Y para no tener que ir tan lejos, en Alemania, que está tan cerca que nos abofetean cada día, el único que se retrata es el presidente del Parlamento. ¡No sé cuándo aprenderemos! O mejor, cuándo aprenderán nuestros descarados políticos, de Pilar del Castillo (PP) y Juan Fernando López Aguilar (PSOE), que se autorretrataron sin pasar después la correspondiente factura. ¡Eso es decencia política! ¿Recuerdas cuando el colectivo Vesarte envió de forma gratuita, en abril, un cuadro de José Bono para que el Estado destinara a gastos sociales los 90.000 euros previstos para pagar al pintor Bernardo Torrens?
—¡Vaya si lo recuerdo! Este colectivo dijo además que su cuadro vale más que el oficial, porque «está hecho por el pueblo y este tipo de obras no tienen precio…». Si yo quisiera que mi cuadro fuera una buena obra , ésta me parecería la mejor decisión de mi vida.
Pilar del Castillo (PP) y Juan Fernando López Aguilar (PSOE)
Mientras te levantas para preparar el aperitivo, le doy vueltas a ese dicho popular, ‘Spain is Different’, preguntándome qué puede contener de cierto y que nos haga a nosotros distintos del resto de países del mundo, cada uno con sus peculiaridades y su idiosincrasia. Pero sin duda, en lo relativo a lo que llevamos hablado, está claro que el slogan nos define a la perfección.
Vuelves con los pertrechos habituales en una buena tertulia y para darte tiempo a que lo coloques todo, te doy pie para un nuevo tema de conversación.
—¿Llegaste a ver el ‘número’ que montó el torero jerezano Rafael de Paula en un homenaje que le hicieron en Ronda (Málaga)?
—No… No sé nada. ¿Qué hizo?
—Más que hacer, dijo. Dijo de todo, y contra todos los presentes en el acto, incluida la alcaldesa, María de la Paz Fernández. No dejó ‘títere con cabeza’. Por no respetar, no lo hizo ni con su hijo, Jesús Soto de Paula, que presentaba un libro que recomendó «no comprar». ‘Banderilleó’ al director del Parador de Ronda, que era el anfitrión; le dio la estocada a Humberto Parra, el pintor que creó la imagen de la carta de invitación a la gala, diciéndole: «Usted no sabe pintar, y espero que Dios le dé larga vida para que aprenda a hacerlo». Y para rematar la faena, se levantó antes de finalizar el acto, diciendo: «Me voy a mi habitación, yo he venido para esto pero esta noche me vuelvo a mi casa porque todo está mal.» Y se fue dejando a todo el mundo con un palmo de narices y absolutamente descolocados.
—¿Puedo verlo en algún lado?
—¡Por supuesto! La noticia la recogió El Mundo, incluyendo un vídeo de más de diez minutos, que ya ha recibido más de 100.000 visitas en YouTube.
—¡Caramba! No me dejes nunca intentar hacerle un homenaje a semejante sujeto. Y, recuérdame por qué es vergonzoso que una mujer se masturbe.
La pregunta cargada de intencionalidad, entiendo que directamente relacionada con la concejal de Los Yébenes, en Toledo, Olvido Hormigos, me pilla desprevenido. Cuando aún no están claras las identidades de las personas que difundieron su vídeo erótico en internet, aunque haya sospechosos, lo que si parece claro es que ella lo grabó y se lo envió a «alguien» que después podría haberlo subido a la Red… O le robaron el móvil y le dieron difusión al vídeo en cuestión, en el que aparece masturbándose.
—No encuentro nada de vergonzoso en una masturbación femenina… Ni masculina, que quede claro. Si fuera cierta aquella afirmación de que practicándola nos volvíamos tontos o nos quedábamos ciegos, hoy tendríamos la respuesta de por qué nuestros políticos han rebañao todo lo que han podido del dinero de los contribuyentes.
Al oír mi respuesta, abres la boca como queriéndome decir algo, hasta que de pronto pareces asimilar el sentido de lo que he querido decir, y entonces estallas en carcajadas sinceramente divertidas.
Dejo que te rías todo lo que quieras, mientras aguardo a que te sosiegues.
Cuando al fin recuperas la serenidad, me miras con una sonrisa franca y un tanto pícara, y recuperas el asunto.
—Con que eso crees, ¿eh?
—Por supuesto. Y sé que tú también.
—Pero entonces, si «no somos tontos ni ciegos», ¿cómo explicas que finalmente los políticos hayan podido rebañarnos los caudales?
—Porque ellos sí se creyeron esa tontería y nos consideran incapaces de darnos cuenta.
—¡Interesante! Pero volviendo a la concejala… ¿Tendría que dimitir como ella misma adelantó que haría, antes del gran apoyo que recibió en las redes sociales?
—¡Naturalmente que no! No al menos por haber destapado su cuerpo para su disfrute particular, aunque sí debería hacerlo si en el ejercicio de sus responsabilidades políticas, hubiera dejado alguna huella que al ser destapada la dejara desnuda. Sé que entiendes el juego de palabras.
—Sé lo que quieres decir y coincido al completo. Sentí verdadera vergüenza por los insultos que proferían contra ella sus propios vecinos. Cuando parece que ya estamos de vuelta de todo, suceden cosas que nos demuestran lo mucho que tenemos que aprender todavía.
—Algunos a quienes parece que los años no les hayan servido para aprender nada, buscan su minuto de gloria en los medios, diciendo alguna bestialidad de esas de antología.
—¿…?
—Como el eurodiputado Jaime Mayor Oreja (PP), que entre una serie de (a su parecer) soluciones, propuso como eficaz medida para salir de la crisis aumentar el número de hijos. Se le olvidó recetar al mismo tiempo la compensación que recibirían los futuros padres, pero no una simbólica, sino una suficiente para que los posibles interesados se entreguen en cuerpo y alma a la tarea, mientras encuentran trabajo para cuidarles. El señor Oreja no debe de saber que hay familias enteras que tienen que recurrir a la caridad para dar de comer a sus hijos, como hacen, por ejemplo, los bancos de alimentos, a los que por cierto les han concedido este año el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Vamos, el mejor panorama para traer más hijos al mundo que les paguen sus sueldazos (y nuestras pensiones, es verdad) cuando se hagan mayores… Si es que consiguen llegar a encontrar trabajo, porque parece que en este aspecto, pintan bastos.
—Bueno, la presidenta de Castilla-La Mancha, Mª Dolores de Cospedal, propuso bajar a la mitad los diputados y que no cobren sueldo…
— La consejera andaluza de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, opina que es paradójico que la política mejor pagada de España… Tal vez debiera empezar por renunciar a unos cuantos sueldos antes de quitárselos a los demás. Po cierto —acabo de acordarme y es más que probable que tú lo sepas, así que planteo la cuestión—, ya que estamos quitando lo que no es nuestro, ¿cómo le va a doña Cecilia, la que le quitó toda la gloria al pintor del Ecce Homo de Borja?
—Pues parece que anda reclamando su parte en los beneficios que se generan, por su intervención en la pintura mural de una de las paredes del Santuario de la Misericordia de Borja. Su restauración atrae a unos 3.000 visitantes a la semana, y claro, ella quiere su tajada. Porque para entrar a curiosear, hay que pasar previamente por taquilla.
—¡Naturalmente! Si la cosa hubiera sido peor de lo que fue, ya estaría crucificada; parece obvio que si se generan beneficios, ella también participe. No olvides que los turistas van a ver «su obra», no la original.
—Pues no sé si finalmente le pagarán Derechos de Autor, pero lo que está claro es que le pertenecen.
—Al que deberían pagarle con un buen tirón de orejas, es al presidente del Comité Paralímpico español, Miguel Carballeda.
—¿Este no es el presidente de la ONCE y del Comité Paralímpico Español, además de ser el que demostró una gran falta de sensibilidad al referirse a los participantes en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012?
—En efecto. En un acto en la Moncloa, con Rajoy, dijo que los deportistas paralímpicos, «en este caso la Roja coja», iban a luchar y defender los colores de España. Pero sí, señor. ‘La Roja Paralímpica’ compitió con denuedo y elevó a lo más alto, con esfuerzo y coraje, el medallero español.
—Creo que ganaron más medallas que los participantes de los JJOO, ¿no?
—Pues al final han quedado: Paralímpicos 42 – Olímpicos 17. Del equipo paralímpico se esperaban 50 medallas, ¡pero y qué! Siempre se nos exige más y al final no son capaces de reconocer el gran mérito de lo que logramos.
—¡Woow!
—Aun así, tras ese notable éxito, este país sigue adoleciendo de una gran insensibilidad social por quienes lo tiene más difícil. Teresa Perales, la ‘tiburona de Zaragoza’, igualó, ella solita, el record de Michael Phelps, el ‘tiburón de Baltimore’: 22 medallas. Pero no abrió ninguno de los telediarios, como si lo hizo Mireia Belmonte, por ejemplo. Teresa también compitió en nombre de España, pero parecería que sus medallas valen menos. Hay personas a quienes todavía se les encoge el ombligo.
Al otro lado del océano, tras dejar atrás la Bahía Delaware, en la ciudad de Baltimore, junto a la Bahía Chesapeake, Michael Phelps debe de estar preguntándose cómo demonios una chica que necesita una silla de ruedas fuera de la piscina, ha sido capaz de ganar tantas medallas como él, pese a la gran ventaja que le proporciona el Síndrome de Marfan que padece y que le otorgaría una cierta superioridad, incluso contra sus rivales olímpicos.
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